Reite.
Si.
Como si la vida fuera un gran carnaval.
Porque eso es lo que es.
Es un baile de máscaras.
Reìte.
Si.
Cuando vinieron la Niña, la Pinta y la Santa, todos reían.
Todos reían mientras la palabra era usada candente.
Mientras la fantasía de la Emplumada mutaba en siete círculos.
Círculos de los cuatro caballos del Apocalipsis.
Pero lo peor fue el Silencio.
En boca de Dios la debacle es Liturgia.
Reite.
Si.
Como si el fango fuera aire.
Porque eso es lo que es.
Es un gran chiquero.
Reite.
Si.
Un archiduque cayó y cuatro reyes se levantaron.
Cuatro de cada palo.
Y con ellos todo el mazo.
Espadas contra palos, copas por oros.
Honor contra ambición.
Cartas de una baraja perdida desde el comienzo.
Reite.
Si.
Como si la sangre fuera piel.
Porque eso es lo que es.
Es una gran carnicería.
Nadie es inocente y teñidos estamos todos.
Jugarretas, disfraces, órdenes y contraórdenes.
Morían a millones por la libertad y la democracia.
Nunca tantos lograron tan poco.
Reite.
Si.
Como si tu vida no fuera tuya.
Porque eso es lo que pasa.
Desde que naces hasta que morís, estas al servicio de causas a las cuales no conoces, pero obedeces.
Cambian las mascaras, los palos, las palabras, los colores…pero las órdenes siempre son las mismas.
¿Tenes ganas de seguir riéndote?
Si.
Como si la vida fuera un gran carnaval.
Porque eso es lo que es.
Es un baile de máscaras.
Reìte.
Si.
Cuando vinieron la Niña, la Pinta y la Santa, todos reían.
Todos reían mientras la palabra era usada candente.
Mientras la fantasía de la Emplumada mutaba en siete círculos.
Círculos de los cuatro caballos del Apocalipsis.
Pero lo peor fue el Silencio.
En boca de Dios la debacle es Liturgia.
Reite.
Si.
Como si el fango fuera aire.
Porque eso es lo que es.
Es un gran chiquero.
Reite.
Si.
Un archiduque cayó y cuatro reyes se levantaron.
Cuatro de cada palo.
Y con ellos todo el mazo.
Espadas contra palos, copas por oros.
Honor contra ambición.
Cartas de una baraja perdida desde el comienzo.
Reite.
Si.
Como si la sangre fuera piel.
Porque eso es lo que es.
Es una gran carnicería.
Nadie es inocente y teñidos estamos todos.
Jugarretas, disfraces, órdenes y contraórdenes.
Morían a millones por la libertad y la democracia.
Nunca tantos lograron tan poco.
Reite.
Si.
Como si tu vida no fuera tuya.
Porque eso es lo que pasa.
Desde que naces hasta que morís, estas al servicio de causas a las cuales no conoces, pero obedeces.
Cambian las mascaras, los palos, las palabras, los colores…pero las órdenes siempre son las mismas.
¿Tenes ganas de seguir riéndote?