lunes, 14 de mayo de 2012

él tenía un sueño....


Un sueño donde las toallas estèn junto con los jabones y el papel higiénico con el algodón.
Acostarse temprano y desayunar.
Planchar la camisa y combinarla con las medias.
Entrar al trabajo con una sonrisa.
Planear las vacaciones y los ingredientes de cada comida.
Dormitar en el colectivo mientras sueña acostarse con la chica del asiento de al lado.
Besar cariñosamente a sus hijos y a su mujer cuando llega a su casa y sacar la basura.
Cenar mirando la televisión, asintiendo a cada comentario.
Desvestirse, colgar la ropa, y acostarse.
Cerrar los ojos y dejar que Morfeo entre por su oreja y lo haga despertar….Un despertar que lo muestre con menos panza. Mas cabello. Sin bolsas bajo los ojos y con la mirada brillante.
Un despertar con un hacha en sus manos y con tremenda alegría golpear los objetos de porcelana de la repisa de la tía Eduarda, descargando el filo sobre las puertas de los armarios desodorizados y tajeando las ropas de los placares.
Un despertar donde los harapos del aquelarre son su uniforme y puede entrar en el trabajo escupiendo marismas de insultos.
Un despertar que lo muestra volviendo a su casa violando a la mujer del asiento de al lado mientra el colectivero y los demas pasajeros (hombres y mujeres) vociferan cánticos tribuneros.
Un despertar donde cocina al perro en salsa portuguesa y lo sirve en la cena familiar y que,  tomando el bate de baseball del hijo menor,  golpea la pantalla del televisor mientras los cristales vuelan por los aires y le cortan la piel.
Despertar derramando el querosen por toda la casa, esperando que el despertador suene y suene, mientras el crepitar de las llamas se acerca y  le provoca insomnio.

German Alfaro. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Espíritu Lobo.


¿Qué se hace cuando queres morir?
¿Hay alguna vez un pensamiento que no recurra a ese final una vez pensado?
¿Cuándo aparece la palabra que te muestra que esa pelea bien lo vale y cuándo es mejor pulsar "game over"?
Miras alrededor, miles de manos te ofrecen ayudas, pero ninguna te sirve. No hay ayuda para los condenados.
Los condenados a la verguenza perpetua. A vagar por la tierra sin poder recibir ayuda.
Qué destino atroz el de estas almas! Sufren y con sus pensamientos y deseos hacen sufrir. Buscan los caminos, los recovecos, los atajos, y siempre una pared al final. Una pared o unas arenas movedizas, que sepultan poco a poco, cualquier idea salvadora.
Será que morir es la única mano tangible?
¿Será que terminar con la propia vida sea una escapatoria cobarde?
No lo creo. No lo compro. No me lo disfrazan.
Morir es entrar de lleno en la concepción del final. Es un acto extremo valiente. Es tener la calma para saber que las cosas no son agudas ni graves, son esdrújulas. Y elegir que no lo sean.
¿Qué se hace cuando queres morir?
Se hace lo que haya que hacer para evitar elegir.

German Alfaro.