sábado, 17 de marzo de 2012

No soy un hombre que sabe...


No soy un hombre que sabe. O lo que sé, no llena mi vacío. Cual Gilgamesh contemporáneo, me gustaría vivir todas las vidas. Pero sólo tengo una.

¿Sólo una? ¿Estoy seguro?

No.

No estoy seguro.

Puedo ser un hombre que sabe.

Un hombre que sabe que en los libros hay relatos de vida pero no son el aliento biótico que fluye cuando haces.

Un hombre que sabe que en las estrellas se puede reflejar el espejismo del destino, pero mi camino lo hago yo.

Un hombre que en el silencio de la montaña escucha el murmullo de su sangre transportando aire y libertad.

Un hombre que sabe que en todos los hombres se acovacha, expectante, sigiloso, diurno y nocturno el deseo de no mentirse al considerarse simple.

Somos complicados, en el sentido laxo de la palabra. Somos la confluencia extraordinaria de variables que nos hicieron a cada uno. No creo que sea algo para agradecerle a la suerte. La suerte no existe. Si algo pasa es porque toda una intrincada red de causas y efectos nos trajo a un momento, una persona y una mentalidad que no podían ser otros, salvo ese momento, esa persona y esa mentalidad.

El vivir en sociedad nos ha llevado a la búsqueda de los puntos en común, y en esa comunión de diferencias nos hemos olvidado de la individualidad inherente a casa uno.

Todos los seres humanos hemos querido ser uno, y nos hemos vuelto ninguno.

Vuelvo al principio: No soy un hombre que sabe...Aún no, pero allí voy.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

No te pasa, que te encanta no saber lo que viene?. Vivir en la incertidumbre nos hacer vivir muchas vidas, pese a que nos corresponda una sola.
Coincido que no existe la suerte o mejor dicho, las casualidades, sino más bien las causalidades.
No hay nada mejor que la fatalidad de saber que siembre vamos a ser uno, pero uno para nosotros mismos, la sociedad es solo un componente de nuestra individualidad, que decis?

L.N.

German Alfaro dijo...

Me encanta y no me encanta...es la emociòn de pasar un cruce de calles sin frenar ni mirar al costado, o de vender todo e irte a hacer algo inusual. Hasta ahora he tenido la seguridad de que nada me iba a pasar...y aquì estoy. Pero de vez en cuando me ataca la oruga de la sensatez y la preocupaciòn por el siguiente paso, y extraño en chimeneas apagadas los vuelos de mi mente sin vìas aseguradas.
Tal vez en los principios, la sociedad tuviera aùn un componente amorfo, no desarrollado, de individualidades sumadas pero en la actualidad es un organismo con vida propia, superando inclusive los deseos de cada uno de los individuos que la componen.

German Alfaro dijo...

A todo esto, no pondrìa su nombre sin iniciales asi lo individualizo?
Agradecido.

Anónimo dijo...

Creo que todos en algun punto deseamos explotar de espontaneidad y que nada sea seguro, para poder descubrirnos dentro de lo imprevisible, pero por otro lado resulta que caemos en la necesidad de controlar, decidir ciertas situaciones o momentos de nuestra vida.
Lo siento como si en un momento, uno se detiene, hace una pausa, se sumerge en un breve silencio y descubre que el azar termina siendo algo a veces cansador.
Podemos salir de nuestras estructuras tantas veces lo deseemos, pero siempre nos ataca, como bien escribiste, la sensatez, ese momento en que decis: me largo al congo, conozco, me sumergo en otras vidas, pero.... siempre vuelvo, acá, a esta vida que elegí, para construir con todo lo que viví, sentí, y precibí, algo que defina mi meta en la vida, y ahí viene la ansiedad de defirnir el siguiente paso, bah al menos para mí.
En tu redacción se puede percibir que amas la libertad de tu acción, pero te condiciona tu razón, como si por un segundo te dieras cuenta que en toda libertad siempre hay algo que nos conduce a la búsqueda de la seguridad, a la necesidad de saber que sigue después de todo lo vivido.
Es tan natural saber que a veces no alcanza simplemente con existir...
Respondiendo a su pedido: que es un nombre?, que son unas iniciales?, a veces lo que vemos ya lo sabemos....
L.N

German Alfaro dijo...

Me gustò mucho este ùltimo comentario...podrè leer algunas cosas mas que hayas escrito?

Anónimo dijo...

Me alegra que te haya gustado, te paso un breve que escribí hace un tiempo:

El tiempo es un disparo sin puntería, una cacería a turno completo,
un reloj dibujado por Dalí y un anagrama sin espacio.
Un efecto de cóctel en una tina fría y punzante para vivir
en un letargo que no tiene pausa y desespera en la ocasión….”

Con mucho gusto intercambiaría el mundo de las letras con vos.

L.N

Anónimo dijo...

Acá va uno un poco más largo...
24 HORAS

Yo crecí en un país en donde las abuelas circulan con pañuelos en la plaza, donde las cacerolas se usan para algo más que cocinar, donde la democracia se disfraza de promesas mientras desaparecen aquellos que tienen voz y no pueden gritar.
Yo ví morir a miles de ideales, fui testigo de cómo las calles se volvieron piedras del olvido y observé las marchas de aquellos que sueñan con aparecer.
Los caminos del destino que muchas veces dibujé en mi cabeza, resultaron ser construcciones demasiado filosóficas para una ciudad que importa rostros al azar.
No suelo jugar con el pesimismo, ni con los formalismos, las teorías apocalípticas son demasiado realistas para mi gusto, prefiero detenerme en un café con sabor a poesía y agilizar el oído con los sonidos de aquellos que viven.
La política, como dicen, es el arte de lo imposible, más bien creo yo, que con los años, se ha encargado de hacer las cosas imposibles y de morir en un arte que no tiene pinceladas de aquello que entrañablemente soñamos: la verdad.
Yo nací cuando la democracia germinaba nuevamente en nuestras conciencias, cuando las artes desfilaban por las calles, cuando los teatros, los adoquines, estaban adornados de sueños, música y de las imágenes de ese arte, de esa pasión por simplemente ser.
Sentí la opresión del capitalismo, fingí no darme cuenta del uno a uno, supe quién lo hizo, y me arranqué la piel de un solo tirón al sentir el saqueo de la ilusión, al ver la huída por los cielos de aquel cobarde que dejó a una nación tras las rejas de la bronca.
30.000 ausentes y miles de anónimos, marcan las horas en el reloj, ese tiempo que no pasa y que resulta un callejón empedrado de sombras, pañuelos, denuncias, verdades e innumerables mentiras.
Cuando las armas tomaron el poder, se olvidaron de que el fusíl podía desarmar al corazón, pero jamás a la idea. Vivir entre la gorra, el cañón y las rejas no bastó para callar a aquellos que siempre soñaron con una sociedad más justa.
Me engañaron, me dijeron que la justicia existía, que el perdón era suficiente, que el estado velaba por la seguridad de todos, yo creía que esas cosas eran posibles, pero ahora son solo conceptos que marcan mi retina cada vez q veo a mi país llorar por la historia, que repetidas veces siembra las nociones del error. Sin embargo, tenemos 97 razones para creer que es posible el cambio, 97 razones recuperadas, en una lucha que habla de algo más que el paso del tiempo, la rebeldía de no bajar los brazos y de soñar con ese rostro, con esa pérdida que un día apareció tras un acto de amor, de resistencia y coraje.

L.N

German Alfaro dijo...

De los dos ultimos posteos, me gustó mas el primero, pero paso a explicar porqué, para no ser malinterpretado, aunque en razón de verdad deberia dejar eso a tu albedrío. No me gusta ni me gustará nunca tener que explicar el arte, en ninguna de sus formas. Me gusta lo que provoca, sea ésto lo que buscaba el autor o no.
El segundo me parece una nota periodística, excelentemente escrita, coherente a más no poder pero no dejo de ver una máscara puesta para la ocasión. La primera es atemporal, de vuelo alto, con ese reloj de Dalí que marca unas bizarras horas, mientras que la segunda tiene el tiempo bien uniforme. Por otro lado, que bien que escribis! Será que me gusta por similitud literaria? Who knows? Saludos!

Anónimo dijo...

Te los pasé, porque son redacciones totalmente distintas entre sí, y provocan sentimientos extremadamente opuestos. Me gusta jugar con la teoría de los contrarios.
Lo que se ve como una máscara en la segunda redacción, a mi entender, tiene que ver con que estamos muy acostumbrados a ver como se lucra con la historia y con el dolor, por eso vemos redacciones para la ocasión, es natural, pero 24 horas, habla de como toda una vida transcurre en un día, como tantos años pueden albergarse en un simple recuerdo y despertarse de una sola cachetada, tiene que ver con que un día mi corazón decidió escupir todo lo que mi razón no pudo materializar en acciones. Se trata de una interna realista, mientras que la primera redacción es pura abstracción, en donde nada es demasiado real. Busco seguir la rutina de los sueños y que los imposibles no se pudran en el intento de concretarse. Lo atemporal y temporal van de la mano, solo es cuestión de encontrar el punto en común...
Vos también escribis muy bien, tengo la sensación de que tenemos algunos puntos en común o gustos similares a la hora de utilizar la pluma, cada uno con su estilo bien definido, pero perfectamente debatibles.
Saludos!!!!
L.N

German Alfaro dijo...

¿Será que la realidad está tan alrededor, tan palpable, que lo abstracto me puede? Ojalá asi sea, porque el mundo nunca fue ni será de los que tienen los pies sobre la Tierra.
Las ideologías de hoy serán los renunciamientos de mañana, asi como las religiones mutan, igual mutamos nosotros, producto de esa mentalidad religiosa, sea cual fuere. Y está bien que asi sea. Lo mejor de ser humanos es el cambio. Alguien rígido, que no modifica año a año sus concepciones y puntos de vista, no me parece coherente. La vida es cambio, por más que le pese a los puristas. Y en estos cambios, celebro la lectura de tus textos, los comparta o no!
Saludos L.N.

Anónimo dijo...

Totalmente, no hay evolución sin constante cambio.
No hay forma de medir el tiempo y el espacio para lograr detenerse en los mismos y ser siempre igual.
Trasformarme cotidianamente me resulta tan necesario como respirar.
Por eso me gusta Dalí, porque se burla del tiempo y de las estructuras....
Nada es lo suficientemente perfecto como para resultar eterno bajo una misma condición.
La quietud, es sinonimo de resignación..

Anónimo dijo...

Ger: tengo ganas de irme al congo y borrarme de esta ciudad, no doy más, no te pasa lo mismo?, como si siempre vivieras en tiempos de apuros.
Es cansador el ruido de la muchedumbre, todos van a todos lados y a ningún lugar, siento que me gustaría desaparecer en el silencio y sentir que lo único que me toca es el viento.
Será posible?

German Alfaro dijo...

Alguien que escribe con la pasión que yo leí en tus posteos, no necesita que alguien le dé esperanza. Lo único imposible es volver de la muerte...y eso porque todavía no probé morirme....Cuando trate podré hablar con propiedad!
El Congo ya no es un estado, asi que me contás: a qué lugar te rajarias?

Anónimo dijo...

Me gusta tu espíritu. No sé si lo que pido es esperanza, pero tal vez busco un espejo, algo q me refleje un poco las nuevas rutas de mi conciencia, bah digamos que caí en una etapa de puro existencialismo.
Mmmmm, a donde iría?, puff!!, hay tanto por conocer.., pero comenzaría de inmediato recorriendo mi país, de punta punta, sueño con tomarme un año entero para ir de norte a sur, mi prioridad es ir a donde predomine el verde. Digamos que el pavimento me cansó, me instalaría en un lugar tranquilo, y me encontraría con mis letras, mi mundo y lo desconocido, a veces siento, que está bueno hacer ciertas pausas.
ME gusta la idea de ir hacia donde uno puede dar y recibir, donde puedan desarrollarse las capacidades de cada uno, desde un intercambio intelectual, hasta plantar un simple tomate, nosé me atrapan los momentos simples que hacen más interesante a la vida.
Borraría todos los estereotipos que la sociedad pretende que cumplas, sacaría de mi diccionario palabras como: Status, rótulos, jerarquías, roles etc. Haría una gran mochila de ideas y me iría a recorrer mi país, y solo cuando realmente me conocí, podré explorar otros mundos que también ansío conocerlos.
Vos?, dado que el congo todavía no es un lugar habitable en tiempo y forma, es solo una construcción de mis deseos, a donde te irías?.

German Alfaro dijo...

Yo me iría a recorrer China, de punta a punta. Mi país lo conozco casi todo (si partimos de la premisa que viajé por todas las provincias) pero "conocerlo" es más que haberlo recorrido....conocerlo es beberlo, comerlo, dormirlo, etc, y para eso necesito la inmortalidad...

Anónimo dijo...

no hace falta recurrir a la inmortalidad para ciertos conocimientos.
China?, que interesante, un mundo exquisito!