viernes, 30 de mayo de 2008

La Batalla por Argentina, episodio cuatro.

Actualidad Política.

Dos Fernández, uno Alberto y el otro Carlos, con gobernadores de provincias respaldando cada palabra, cada gesto, cada comentario...y cuatro Federaciones Agrarias por el otro. 80 días de inquietud. 80 días de rupturas de diálogo. 80 días de mentirnos. ¡Albricias! ¡Cantemos loas al Gobierno!
En una decisión totalmente unilateral, el Gobierno dió una pequeña marcha atrás en el tema “retenciones” al Campo. El problema es que el Campo y muchos de nosotros nos sentimos tomados del pelo. ¿Hacía falta llegar a 80 días de conflicto para dar una señal de consenso?
Decimos pequeña porque hay algo que no muchos saben, y es que las supuestas “fabulosas ganancias” por la siembra de la soja, no se usan para construirse hoteles de cinco estrellas en el Parque Nacional Perito Moreno, ni para regalarles autos a los hijos, ni siquiera para viajar al exterior 10 veces en 5 meses…no, esa plata se usa para la siembra en otras épocas de maíz y trigo. Y con un sistema de retenciones del 44% por ciento, se hace bastante cuesta arriba que este circulo agropecuario continúe con sus actividades, detalle que sin olvidar sus participaciones manipuladoras de la economía en el pasado, hoy transformaron a la Argentina en un país con unas oportunidades increíbles de ganancia. Y este Gobierno se vio favorecido con mayores recaudaciones que nunca. Por eso me sonaba tan extraño esta puja, como si alguien quisiera sacarle a la gallina de los huevos de oro las entrañas, suponiendo como en la fábula, que adentro habría un tesoro fabuloso.
La parte mas significativa de todo esto es que sigo sintiendo que no me gobierna una señora Presidente, sino que el anterior se sigue perpetuando a la vieja usanza menemista…por algo en la visita de un diplomático extranjero hace unos días se le salieron las palabras: “...Vengo a hablar con el presidente Kirchner...” ¿Curioso, no?
¿Cuándo llegará el día en que un Gobierno argentino pueda hacer un anuncio y creamos que está actuando de buena fe?
¿Cuándo podrán caminar por la calle con nosotros, interiorizandose de la temperatura social, sin necesidad de laderos tergiversadores o asesores malintencionados?
¿Cuándo tratarán de crear un verdadero consenso y marchar todos hacia el glorioso destino que nos vienen prometiendo todos y cada uno desde hace 198 años?
El día que decidan que si alguien tiene una respuesta para todas estas cuestiones, no tiene que presentarse a elecciones, sino ofrecer su mollera y su cuerpo para el trabajo... Como hacemos todos y cada uno de los laburantes de esta querida Patria mía.


German Alfaro.

Entrevista Leo Ferradás.

Entrevistas Rock.
Leo Ferradas.
En el año 2001 Leo Ferradás cobra notoriedad al subir a tocar con el ya fallecido Pappo ante setenta mil personas en Palermo, luego de haber conseguido el segundo puesto en el concurso Aguante Buenos Aires organizado por el Gobierno de la Ciudad. A partir de ese hecho se suceden las ediciones de sus discos, con invitados y amigos que logran plasmar en formatos de cd la frescura de su melodioso rock. Quesearock lo entrevista y te lo acerca…..

¿Qué tan difícil es acercar influencias de artistas mundialmente famosos como Tom Petty o Elvis Costello en un país como Argentina, bastante encasillado musicalmente en una clase de rock?
- Es difícil, si, ¡y hasta te diría que Costello es mas costoso que Petty, musicalmente hablando! Yo le he abierto la cabeza a mucha gente, y mucha gente me la ha abierto a mi, con lo cual, es un camino que se enriquece circularmente, así que estamos todos perdonados!(risas)

¿Cómo estas viviendo esta etapa de presentación de disco nuevo y recitales en bares?
- “Viviendo”, lo que se dice “vivir”, cuesta. La vida personal, la social, la económica se hace complicado, pero musicalmente no es secundario. Acabo de grabar un disco nuevo, dándole pinceladas finales, con invitados, edición independiente. Y lo importante es que el disco ya esta, y esto parece difícil, pero no lo es tanto, salvo que genera mucha ansiedad el hecho de presentarlo. Aunque los bares de Palermo son un buen lugar para hacerlo. Hay ambiente, hay ganas.

¿Trae cambios con respecto a los anteriores discos?
- Si, trae cambios, a nivel producción y preproducción. Estuvo como siempre Silvio Furmansky dándonos su arte, nos hizo los arreglos, y nos largó al estudio, nos dijo: “hagan” y ahí fuimos! Fue un acuerdo mutuo, para foguearnos y no depender tanto de él. Consideró que ya estábamos maduros para elegir ciertas tomas y que podíamos hacerlo. Así que fue un proceso distinto pero saludable.

¿Este nuevo material, para qué momento recomendarías su escucha?
- Tiene temas para distintos momentos. Hay temas que son mas tranquilos, para escuchar a la mañana, cosa de levantarte bien, y hay otros que son mas rockeros, hay uno que se llama Final de juego que es para tomarse algo a la tarde, (no digo bebidas para no influenciar tanto) (risas)

La última: ¿Quién fue el artista o grupo que alguna vez te gustó y hoy te daría vergüenza decir que lo escuchabas?
- Uhhhhhhhh!!!! Bueno, me juego: Sergio Dennis. Hasta lo fui a ver a un par de recitales, y me saqué fotos! (carcajadas generales)

Gracias Leo por la onda!


German Alfaro.

domingo, 11 de mayo de 2008

Anne Marie.

Literatura.

Treinta veces.
Treinta veces donde el ritual era cuidadosamente seguido.
Variaba la locación y los protagonistas, pero el inicio, desarrollo y final era siempre el mismo.
Y pensar que cuando entró a…No. Ya no importaba cómo entró. Mejor era el por qué entró.
Entró porque se supo buena. Porque crecía su mente pero su cuerpo era más rápido. Porque los padres de sus compañeras la miraban y en esos ojos no había cordialidad. Había deseo.
Y eso no la asustaba. Al contrario, luego de unas primeras veces de turbación, comenzó a explorar hasta dónde podía llegar.
Muy lejos podía llegar. ¿Por qué no? Lo decía Toy Story: ¡Hasta el infinito y más allá! Y allá era bastante acá. Donde las cosas se hacen porque si no las haces vos, las hace otra. Ya había demasiadas mujeres en esta tierra como para dejarles las cosas fáciles. Grandioso juego de palabras. No les dejaba las cosas fáciles a otras mujeres, pero ella era fácil. Grandioso y contradictorio juego de palabras. No era en realidad TAN fácil. Buen dinero tenían que gastar si querían hacer lo que siempre querían hacer.
Había dejado de buscar una explicación. Le ocupaba demasiado tiempo. Y el tiempo era dinero. No le pagaban para pensar. Le pagaban para dejarse pegar. Por adelantado. Por las dudas.
Lo bueno era que nadie se extralimitaba.
Nadie…hasta Manuel.
La primera vez no la había castigado mucho. Unas nalgadas y tirón de pelo, pero nada más. La segunda vez la cosa cambió. Le pidió que saliera del departamento, la llevó hasta la zona del Docke, bajaron del auto y luego de cerciorarse que nadie los veía, sacó una zurda que ni Monzón habría parado. Nunca la habían baqueteado de esa manera. Sólo recordaba las líneas del tren y las palabras. “Decíme No”.
¡Como si hubiera sido tan difícil! Fue complicada la articulación de la frase, por lo hinchado del labio, pero psicológicamente nada había resultado más sencillo. Lo único que logró paliar tanto miedo y dolor fueron los billetes. Una gruesa cantidad que no sólo silenciaba la moral sino también establecía un pacto.
Cada cita era un dantesco escalón descendente y circular hacia el oprobio privado del alma. Pero los billetes tamizaban el fondo del cañadón para que se pudiera parar una vez más. Las cicatrices y hematomas eran cada vez más profundos, pero así también eran más caros los atenuantes.
El último intercambio comercial había resultado particularmente violento. Estuvo una semana internada en el mejor sanatorio que el dinero podía pagar. Y una semana más en su casa hasta que pudiera moverse con total libertad. Descansar. Pensar. Recoger los pedazos. Era lo que necesitaba.
La nueva cita sería en Avellaneda. Ella debía caminar al costado de la cancha de Independiente, acercándose a la esquina de Bochini e Italia.
Como en un baile ensayado miles de veces (treinta para ser exactos), Manuel apareció de repente y le cruzó la cara de un derechazo. Ella cayó sobre su costado y trató de levantarse. Una zurda al occipital la vuelve a desbarrancar. Su voluntad puede más y antes que caiga el tercer golpe, su boca forma la mágica conjunción entre la ene y la O y se arrodilla frente a Manuel. Le baja el cierre del pantalón y comienza a ver los primeros síntomas de satisfacción pintados en el rostro de su cliente, que rápidamente mutaron al espanto cuando las dos hileras de dientes se unieron por el accionar de las mandíbulas al cerrarse.
Un mes después, la primera de treinta nuevas citas empezaba.




German Alfaro.

viernes, 2 de mayo de 2008

Bostezo.

Literatura.

12 campanadas. Y recién va la cuarta. Y los ojos van rojos, y los tacos vienen flojos, pero el viento no tira ajo.
Suena la quinta. Cacarea la lagaña, sale con dedo matutino, y no hay Dios que le cambie el rumbo.
La media docena se hace sentir. El silencio irrita, provoca los primeros espasmos. El parloteo se hace mecha y perfora. Las ideas caen sobre el piso enmohecido.
Tres pares y uno más. Se acerca. Se deja vislumbrar. El pelo retrocede esquivando el haz de luz. Algunos parecen mostrar signos de pregunta, volátiles, frágiles, antes de deshacerse en marañas.
A la octava campanada el zigzagueo despierta escozor en los codos. Todo comienza a darse vuelta. Y nadie se da cuenta.
Tres tríos de tristes tigres trigo tragan. Lo espera. Es necesario. Enigmas a punto, caramelo, camelo, y las jorobas no llevan vituallas.
Decena. Nada. Ni un mendrugo de pan. Espinazo se junta con estómago y entre los dos no hacen uno. Son varios con cara de ninguno. Prefigurando los dos unos que ya suenan…..
Once. Y no explota. La agonía no se hace plaza. Tal vez, tal vez, fue sólo una amenaza. Tal vez, tal vez, aqui viene, ya ves….
12 campanadas. A cada una responde tu cuerpo. A cada tañido le corresponde un aliento. Tenues, inaudibles, dejan tu sustancia, se elevan, regurgitan garras que se clavan en las memorias disociadas, pasadizos secretos hacia lo recóndito del alma, y la flacidez que llega, y las piernas que no aguantan, y la cabeza que reposa en el regazo, y la denuncia, y el silencio, el silencio, el silencio……

German Alfaro.